domingo, 29 de abril de 2007


Tan dulce como el sabor de tu piel todavía intacto en mis labios,

tan ácido como el sentimiento que nos une...

Rojo de pasión,

fuego de deseo que se consume.

Eso que arde dentro de mí,

silvestre, salvaje...indomable.

Y todo con el mismo sabor, el tuyo.

Pensar, un error,

sentir, dejarse llevar, lo mejor.

Da igual lo que venga,

ya sé donde quiero ir.

Coger ese barco sin rumbo,

pero con destino...

Final escrito, pero no decidido,

en mis manos la verdad,

en las tuyas la mentira...

Sin embargo, vuelvo a sentir ese sabor,

eso que nos define: dulzura y acidez.

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